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Obra musical de Santa Hildegarda

Su composición musical más importante se titula “La sinfonía de la Harmonía de las revelaciones celestiales.” Consta según uno de los dos manuscritos más extensos de 75 canciones. El manuscrito D solo consta de 57 canciones. Este manuscrito que recoge más canciones, es el llamado entre los expertos R. Es el gran códice y se conserva en la biblioteca principal de Wiesbaden en Alemania.
Entre estas canciones compuestas para el uso litúrgico se encuentran variadas formas propias de la tradición lírica religiosa: antífonas, responsorios e himnos. La autora compuso estas canciones a lo largo de varios años.

 

Obras musicales de Santa Hildegarda

De acuerdo con el pensamiento de Hildegard von Bingen, la música y el canto, eran una actividad humana por excelencia. Y desarrolló sus ideas sobre la importancia de la música en la historia humana en muchos de sus escritos.
En ellos manifiesta que el canto y la música humanos estaba en armonía con los coros angélicos del paraíso. Así de este modo la voz de Adán era como la de los ángeles. Con ella se sumaba a la compañía de las voces angélicas. Después del exilio del paraíso terrenal, al oír una canción, el hombre puede llegar a suspirar y gemir. Ya que recuerda la naturaleza de la armonía celestial. “El profeta, sabiendo que el alma es sinfonía, incita al salmo, para que demos gracias al Señor con la cítara” Estas concepciones entre sobre la armonía de la creación sobre la música humana fueron recogidas por varios autores del siglo XII.

 

Santa Hildegarda obra musical

Para Hildegarda de Bingen esta relación entre el alma, el cuerpo, la armonía y la voz tiene un fundamento teológico. “Del mismo modo que el cuerpo de Jesucristo nació por el Espíritu Santo de la pureza de la Virgen María. Así también el cántico de la alabanza a Dios según la armonía celeste, tiene sus raíces en la Iglesia por el Espíritu Santo. El cuerpo es el vestido del alma que tiene la voz viva.
Hilegarda parece estar más cercana a una tradición neoplatónica que al planteamiento de Boecio. Su pensamiento está más cercano al del pensador carolingio Regino de Prüm. Quién distinguió la música artificial de la natural, valorando más la segunda. Según este autor la música natural no se hace con instrumentos ni por instigación del hombre. Está modulada por la sola naturaleza mediante la inspiración divina. La música vocal es pues al mismo tiempo natural e inspirada.

 

Obras musicales de Santa Hildegarda de Bingen

Las canciones en la “Symphonia” están dirigidas a Dios Padre, a Dios Hijo, al Espíritu Santo, a María. También a los ángeles a la Iglesia, a los profetas… En el ordenamiento de las canciones se puede apreciar una concepción jerárquica del mundo. En este ciclo de canciones litúrgicas nos encontramos con el relato cristiano medieval de la época. El acontecimiento fundamental de esta obra es la encarnación de Cristo. Así la idea de predestinación divina estuvo presente en el pensamiento de esta Santa. Y el mundo fue hecho para que Dios se hiciese hombre en una virgen llamada María.

 

Santa Hildegarda cantos

Así al leer la sinfonía podemos apreciar la importancia de las figuras entorno a la temática principal. Es decir, entorno a la encarnación de Cristo en el hombre. Así vienen en primer lugar Adán y Eva. Luego María como mujer que permitió el nacimiento del niño Dios. También hay que mencionar a la Iglesia. Que nace del costado abierto de Jesús en la cruz. Así como nació Eva del costado de Adán. La Iglesia para Hildegarda es la madre de todos los creyentes y es santa. Aunque dato curioso donde los haya, de su mismo cuerpo puede nacer el anticristo.

 

Obra musical Santa Hildergarda

Según Hildegarda, la música es la forma más elevada de la actividad humana ya que dice de ella que es “el espejo de la harmonía de las esferas celestes y de los coros angélicos” En el Scivias dice que: “El alma es sinfónica; de igual manera que la palabra designa el cuerpo, la sinfonía manifiesta el espíritu, ya que la harmonía celeste anuncia la Divinidad igual que la palabra anuncia la humanidad del hijo.”

Para Hildegarda la música sagrada establece una sutil correspondencia entre la Palabra y el alma, ya que pone a la persona en sintonía con el misterio que canta, desvelando de este modo la riqueza espiritual de las verdades probadas.

Hildegarda compuso numerosas obras litúrgicas recogidas en la “Symphonia harmoniae celestium revelationum”(Sinfonía de la harmonía de las revelaciones celestes) que reagrupan 77 cantos, destinados a ser cantados por las hermanas en la ceremonias litúrgicas.

 

Pero la obra más celebre de Hildegarda tiene una relación con el libro de “Los méritos de la vida” y se llama el “Ordo Virtutum” (El juego de la virtud) y que está compuesto de 82 melodías en las que Hildegarda pone en escena las luchas del alma entre el demonio y las virtudes. El alma humana y 16 virtudes cantan melodías monofónicas, mientras que el diablo sin cantar ya que la voz masculina intenta romper la harmonía de las voces femeninas.

Existen dos fuentes principales manuscritas de la música de Hildegarda: El “Dendermonde Codex” conservado en Bélgica y el “Riesencodex” conservados en Wiesbaden. 

 

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